MODELO EDUCATIVO VICENCIANO

MEVISUR es el modelo que las Hijas de la Caridad en Andalucía, Canarias y Madrid vigente en todos los centros educativos de la Provincia España-Sur como respuesta a las actuales necesidades de los alumnos, las familias y la sociedad desde la presente situación de la Compañía.

El proyecto se centra en las personas, tanto en los alumnos como en el profesorado y personal de nuestros colegios sin olvidar el papel imprescindible de la familia en la educación de los hijos; se orienta desde las finalidades inspiradas por el Evangelio y el Carisma Vicenciano optando por la plena capacidad y autonomía de las personas y su natural vocación de servicio y fraternidad; apuesta por un proceso educativo coherente con las premisas anteriores, en el que alumno y docente son protagonistas de su propio crecimiento y desarrollo, de forma colaborativa y comunitaria y aprovechando de forma sostenible y humanizadora los avances científicos, sociales y tecnológicos al servicio de la educación.

Como paso previo a la definición del Modelo pedagógico encontramos una formulación sintética que nos ha servido de referente inspirador y evaluador de la totalidad del proceso. Saber más para Servir Mejor es un “puente” entre el Carácter propio y el despliegue de objetivos con capacidad “normativa” sobre el proceso de reflexión, experimentación y evaluación que estamos llevando a cabo, en el sentido de que sirve de criterio para discernir entre las diferentes opciones y para someter a cuestionamiento las decisiones programáticas realmente adoptadas.

Esto se traduce en el lema que caracteriza a la Escuela Vicenciana:

En nuestra propuesta, “Saber” es aprender, crecer, desarrollarse como persona; persona dotada de autonomía que presupone la sensibilidad perceptiva ante la realidad, ante los demás y ante la trascendencia, la capacidad para plantearse los interrogantes que expresan los retos vitales y las herramientas para explorar respuestas ante los mismos.

“Para”, porque es un crecer en apertura, en relación con y hacia lo que trasciende la propia individualidad, proyectado en el tiempo que comprende posibilidad y esperanza desde el reconocimiento de los límites, conciliando, en definitiva, sentido de realidad y sentido de posibilidad.

“Servir” es elemento significativo de la Caridad que nombra, inspira y mueve a la Compañía, actualización viva del modo de relación con Dios y los hombres, fuente de la felicidad auténtica que brota del desprendimiento y la entrega.

“Más” y “mejor” expresan la audacia de una excelencia que reconoce la limitación de nuestro punto de partida y entiende lo “perfecto” como lo “bueno”: amar como ama el Padre, exigencia de la calidad que implica amar al prójimo como a uno mismo.